Desde hace años, economistas y ambientalistas cuestionan el sistema de transmisión tradicional utilizado para recolectar y distribuir energía eléctrica. Dada la dependencia mundial del petróleo, agravada por la gran cantidad de desperdicio de energía asociado con el sistema eléctrico actual, la creación de una red eléctrica inteligente se promociona como la próxima gran novedad. ¿Quiere conservar energía y ahorrar dinero? ¡Piense en Smart Grid!
Dicho esto, aquí está la descripción simple de la red de energía tradicional. La red tradicional transmite voltajes de electricidad a través de cables (aéreos y subterráneos) desde el principio hasta su destino. Una vez que la energía se acerca a su destino, el voltaje se reduce, lo cual es una medida de seguridad necesaria para que la energía ingrese a nuestros edificios de oficinas u hogares. Ahí radica el problema. Aumentar y disminuir el voltaje requiere más energía, por lo tanto, más dinero sale de los bolsillos de los consumidores.
Ingrese a la red eléctrica inteligente. Una característica atractiva de la red inteligente para los consumidores sería su capacidad para controlar y regular el uso de energía eléctrica, lo que a su vez ayudará a los usuarios a conservar energía y ahorrar dinero. Si bien el proceso es bastante complejo (muy parecido a la cuadrícula tradicional), el concepto es simple. El concepto de una red inteligente es crear un sistema que permita que la electricidad se mueva a sus destinos de una manera más eficiente y rentable. No podemos subestimar que las redes inteligentes requieren capacidades de comunicación sofisticadas para ayudar a los consumidores a realizar los ajustes necesarios para ahorrar en el consumo máximo de energía y ahorrar dinero.
Esencialmente, mientras que la red eléctrica tradicional requiere que la electricidad fluya a largas distancias, una red inteligente reduce ese requisito. Una red inteligente tendrá la capacidad de entregar electricidad más cerca de los consumidores directamente desde los puntos de generación. Esto reduce la necesidad de tener que aumentar y disminuir el voltaje varias veces antes de que ingrese a nuestros hogares u oficinas. Eso solo ahorra dinero y energía.
Las redes inteligentes también pueden adaptarse a las condiciones climáticas actuales, reduciendo así los costosos apagones. Además, si ocurriera un desastre natural, una red inteligente estaría en mejores condiciones de garantizar que la electricidad permanezca encendida, incluso en medio de un trauma. Esto puede salvar a personas, incluso vidas, de algunos de los problemas que causa un corte de energía.
Las redes inteligentes también permitirán recargar y reutilizar la energía. Por ejemplo, se ha creado una nueva tecnología que permite que los vehículos enchufables ayuden a devolver la energía a una red inteligente, en los momentos de máxima demanda. Esto hace que la energía de máxima demanda se gestione mejor al cargar los vehículos durante los períodos de baja demanda.
Además, se espera que las redes inteligentes alivien el desgaste de los sistemas de energía actuales. Los cambios de voltaje y las altas expectativas descritas anteriormente crean una tensión importante en las redes tradicionales.
Como puede imaginar, las redes inteligentes serán costosas de poner en marcha. Pero una vez instalados, se espera que sean más rentables que la red tradicional. A medida que aumentan las preocupaciones con respecto a la confiabilidad del sistema de energía actual, los ambientalistas y defensores creen que las redes inteligentes ganarán popularidad y se generalizarán. En particular, a medida que más empresas de servicios públicos se mueven hacia el precio del servicio (piense que el aire acondicionado a media tarde cuesta más que por la noche) donde el costo de la energía varía según el tiempo que se usa), los consumidores estarán aún más motivados para monitorear sus requerimientos energéticos.
Pasar a un mundo más verde requerirá costosas líneas de transmisión para el proceso de permisos y otras soluciones costosas en una infraestructura de transmisión eléctrica envejecida para resolver algunos de los problemas señalados anteriormente. Y ha llegado el momento de abordar nuestra red eléctrica sobrecargada tal como existe hoy. Las empresas y los consumidores deben comenzar a planificar AHORA para una economía más ecológica. Los ganadores serán aquellos que muerdan la bala más temprano que tarde.